El neoliberalismo en Chile se instaló al amparo de las bayonetas y se ha aplicado durante los últimos 40 años, por unos y por otros.
El discurso de la concertación sirvió durante dos décadas para encubrir la profundización del modelo y contener a los ciudadanos en el reclamo abierto de sus derechos.
El resultado es hoy evidente.
De una parte una serie de familias, incluida la del propio presidente Piñera, han entrado al superclub de los multimillonarios a nivel mundial, paralela y paradójicamente un 54% de los trabajadores chilenos ganan menos de 300 mil pesos mensuales y el sueldo mínimo se ha establecido en 182 mil pesos mensuales por un Parlamento que, por si y ante si, fijo en casi 15 millones de pesos mensuales a sus senadores. De acuerdo al índice GINI de desigualdad humana estamos en medio del África Subsahariana.
Màs del 80% d los chilenos consideran que estudiantes y profesores tienen razón en su demanda de una educación pública laica y gratuita. El gobierno insiste en el modelo pinochetista fundado en el lucro. Las movilizaciones han tenido magnitudes gigantescas. La oposición parlamentaria concertacionista es de utilería.
El modelo muestra sus abusos e injusticias en todos los ámbitos de la realidad: salud, jubilaciones, obras publicas, retail, créditos bancarios. servicios básicos etc..
Nuestras riquezas naturales, particularmente el cobre, sigue siendo regalado a las egresas extranjeras.
Somos un país con un estado rico, empresarios millonarios y ciudadanos abusados y sin ninguna protección a sus derechos más elementales.
Nuestra constitución no es democrática y solo perpetúa a la misma clase política que hace heredable los cargos públicos a su entorno familiar.
La corrupción esta desatada en la clase política la cual a pesar de ser sorprendida en sus maniobras nunca recibe una sanción penal que merezca ese nombre.
UN REAGRUPAMIENTO QUE HACE FALTA
En la perspectiva de poner atajo a los abusos del neoliberalismo los socialistas allendistas concurrimos en enero de este año a los esfuerzos por constituir lo que se pasaría a llamar MAIZ. La necesidad de crearlo era y es evidente y la posibilidad de hacerlo también.
El espíritu mayoritario era crear una fuerza alternativa al duopolio político de las dos derechas hasta ese momento existente. Nosotros nos propusimos aportar el allendismo.
Lo importante es enfrentar y derrotar el neoliberalismo, en las ideas, en la calle y en las elecciones.
Lamentablemente se ha decidido de manera inconsulta a las bases disolver el MAIZ para incorporarlo al MAS. Esta iniciativa implica, dado los acuerdos electorales del MAS con la concertación, pasar a transformarnos en una fuerza secundaria de esta última, pero lo que es peor; renunciar a la confrontación con el neoliberalismo.
No se puede luchar contra esta versión extremista del capitalismo en alianza de quienes tienen un papel protagónico en su profundización en las últimas dos décadas.
Esta decisión es un paso atràs para la izquierda del que no nos haremos parte. El socialismo allendista no se disolverá para incorporarse al MAS. ni renuncia a la lucha contra los abusos del capitalismo.
CREAR UNA CONVERGENCIA ANTI NEOLIBERAL
Manifestamos toda nuestra voluntad de converger con todos los que critican el neoliberalismo, todo o parte, con mayor o menor intensidad, desde la posición que cada uno ocupe. Estamos en contradicción con el neoliberalismo más fuerte de América latina, todas las fuerzas se hacen necesarias.
En lucha contra el sistema de dominación es donde las contiendas electorales cobran sentido épico y político yse distancian de las subjetividades.
A esto estamos convocando a ello nos comprometemos.
Roberto Ávila
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