2013-10-27 2919 lecturas
Jorge Bustos
especial para G80
Señores del Mall, tiemblen otra vez lo pillados
El capital ficticio ha puesto en jaque al mundo y quiere destruir lo nuestro. Las promesas de dinero fácil son propias de mafias que suelen no pagar el costo y dejar en la ruina a los pueblos; no se las lleva el viento, se convierten en pesar para las mayorías y prontuario delictual para los usureros que venden fantasía de la peor con lo único que poseen en realidad: Codicia.
Esa misma codicia que observamos en estos días para vendernos pomadas rascas. Tienen miedo y nosotros lo notamos, creen en el poder infinito de la publicidad vana que distorsiona los sentidos de la comunidad. Bastó que una encuesta dijera que el 65% de los porteños nos oponíamos al Mall de Barón, para que los patrones del Mall (los Solari) recurrieran a estrategias comunicacionales para hacer pensar a los vecinos de nuestra ciudad que habíamos perdido y que se habían impuesto los arreglines de pasillos, los financiamientos de campañas, en definitiva el Mall.
Desde los canales regionales, hasta los diarios digitales fueron seducidos por los avisajes y el nuevo discurso de Puerto Barón que es el mismo Mall Barón con antifaz, porque la idea, tal cual les enseñó el jefe de comunicaciones nazi Joseph Goebbels, es engañar. Así lo hemos visto este fin de semana cuando pusieron en práctica el principio de su maestro manipulador de conciencias que se traduce en el viejo truco de “miente, miente, miente que algo queda”. Y el argumento fue el que conocen, el del dinero: “más de 760 millones de dólares serán los que se invertirán en Valparaíso, cantidad similar a la que nuestros antepasados hicieron con el puerto viejo”, aseguraron. Pero ellos quieren hacer un mall, no un puerto y, de hecho, la marina o puerto deportivo que se supone que harían los Falabella, lo terminará construyendo la Empresa Portuaria de Valparaíso, o sea el Estado.
No les basta, suman y siguen. En otra operación de acuerdo entre las partes, los señores de Falabella acuerdan con los señores Urenda que los primeros no construirán departamentos en el borde costero y que ese espacio será entregado a los segundos para que hagan su terminal de pasajeros y así, ambos felices comiendo perdices, se dan la mano, fotos van y vienen, sonrisas más y menos, trajes a la medida; soberbios los señores patrones, pretenden desconocer que eso es un poco más complicado de lo que aparentan, pues la Republica tiene leyes que los republicanos haremos cumplir.
Solo por si se olvidan, para que se construya el terminal de pasajeros debiesen declarar esa zona otra vez como primaria; se debe cambiar el contrato, a lo menos renunciando a la opción de compra; les quedan también los estudios de impacto ambiental. De no hacerlo, están advertidos: los ciudadanos, los porteños nos atravesaremos porque no hemos sido consultados; es más, hemos sido engañados con proyectos que al principio eran de una forma, pero ahora nos quieren decir que no lo son.
El resumen indica que eeeeeeellos, los que juegan a tener el poder, los sinvergüenzas de cuello y corbata, mienten, hacen show al igual que la farándula, para que la gente crea lo que no es, acepte el abuso y la delincuencia como lo normal, lo inmutable, como lo que siempre será así por el infinito de los tiempos. En el fondo con sus artilugios, sólo muestran que están asustados.
Nosotros no tenemos para contratar a la televisión para que diga nuestras verdades, nosotros asistimos a grandes marchas para explicar a la gente cómo les roban, cómo abusan de ella. El lunes 28 de octubre saldremos acompañados a marchar para que se enteren que ya sabemos de sus mentiras, de sus acuerdos para violar la ley, les diremos una vez más que no pasarán, que nuestra ciudad no de ustedes, que quiere decidir por sí misma su desarrollo, y que no dejaremos que entren a nuestra casa a hacer lo que quieran, a modificarla con su picantería disfrazada un paisaje único, para construir templos del consumo y el Mall.
Los patrones del mall seguro no comprenden que Goebbels estaba equivocado, que a la mentira se opone siempre la verdad y que esta dama fina y sigilosa tiene armas más potentes que el dinero sucio, ella está en la gente, en el pueblo, en el puerto, en los cerros y en la orilla, en las mañanas sin fin y en los atardeceres de la mano, como nos tomaremos el lunes, con la sonrisa que pavimenta la recuperación de lo nuestro, porque señores, les dijimos, se los advertimos y así es. Valparaíso es nuestro.
Jorge Bustos
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