2008-06-23 4332 lecturas
Luis Casado
especial para G-80
Alien
En el cine de suspenso hay un truco que nos sirven cada cierto tiempo con rara eficacia. Salpimentado de diferentes formas, presentado en salsa o vinagreta, el personal marcha en la combina, se estremece, sufre, tiembla.
La rubia semidesnuda frágil y vulnerable, rodeada de sombras, sola, huyendo a lo largo de largos infinitos pasillos con un paso que no avanza, que no llega, no va a llegar, mientras a ti se te encoge la epidermis escrótica y la tita que te acompaña tirita, pide, ruega, exige la mano salvadora en el entrepiernas, todo el mundo es buen público cuando le trabajan el inconsciente, el terror reprimido, la fobia escondida, el canguelo, el miedo, el pavor, el espanto, el acojone para que me entiendas.
Y finalmente la rubia llega, se encierra, da un portazo, gira la llave con dos tres vueltas, mira la puerta como si se tratase de los mismísimos muros de Carcassonne, del puente levadizo, de la vacuna antitetánica, del cinturón de castidad.
Pero al girarse la rubita se da cuenta que hay un error en el reparto, en el escenario, en la comprensiva, en el final esperado, porque el peligro llegó primero, está adentro esperando astuto, ladino, matrero, maula, zorro, taimado, puto peligro jodido disfrazado de refugio, de remanso, de santuario, para comérsela con zapatos y todo confiesa que la tía está tan buena que de presentarse la ocasión tú harías lo mismo, basta con ver la fina tela transparente que apenas le cubre las largas piernas y muestraesconde el resto.
Como el cine de suspenso está un pelín usado, reusado, percudido, hollywoodado, deshonrado, efectoespecializado, prostituido y pringado, no me queda más que darte el ejemplo de la flaca Ripley (Sigourney Weaver) en “Alien, el 8° pasajero”, cuando después de inicializar el explosivo atómico intenta llegar a la nave de socorro y se encuentra al bicho justito en la entrada.
Si el Alzheimer no te ha hecho demasiados estragos en la protuberancia cucurbitácea que te sirve de cerebelo debes recordar que Ripley logra escapar en esa especie de bote salvavidas y cuando ya está en bolas para irse a dormir en el congelador capta que el Alien de mis dos está muy instalado, pierna arriba, para jamársela con aceite de oliva primera presión en frío y vinagre balsámico de Módena o para inyectarle otro Alien de esos, a veces los monstruitos son gilipollas, yo, personalmente, me la hubiese comido con lencería y todo.
A los jóvenes socialistas les pasó una historia como esta huyendo del desmadrado afán de lucro que comparten concertas y aliancistas en el tristemente célebre merca’o de la educación.
Como la flaca Ripley pensaron activar un arma antimonstruo antes de refugiarse en el saint des saints, en el santuario, en el cenobio autorizado solo a los monacales miembros de la cofradía, y tan seguros estaban de estar a salvo que ni siquiera cerraron la puerta.
Era no contar con el Alien de los cojones, que ya estaba adentro, que está adentro desde que la Embajada distribuyó el dinero que sirvió para eso, para vitaliciar al dictador y para salvarle luego de la prisión londinense haciéndole proteger por sus propias víctimas, en fin por aquellas víctimas sensibles al tintineo de la guita, capaces de garantizarle la impunidad a cambio de jugar con el juguete.
Después de todo los “puros y sinceros” se acostumbraron a servir de meretrices, de busconas, de cortesanas, así como al tráfico perineal. El discolerío al peo no va más allá de dar dos o tres coces no muy convencidas hasta que llega el momento en que comienza a disfrutar del coito contra natura y participa del jolgorio.
Fraude en las elecciones internas, represión de la juventud utilizando la tropa de los “generales del pueblo”, ¿Qué más da?
Tony Blair tenía razón, quienes manejan la manija pueden hacer lo que les salga de la punta del nabo, la memoria popular no dura más de ocho días, la TV mierdita y la prensa duopólica están allí para eso, y en el parlamento el discolerío termina por votar lo que le pidan junto a la UDI y a RN, “no hay que fallarle a Michelle”, ¿dijiste Establos de Augias?, ¿Establos de Augias dijiste?, y para colmo de males no se avizora ningun Hércules en lontananza, apenas la voz de algunos justos que no logran cubrir la algarabía de la defensa de la corrupción institucional que hacen los Aliens, los mentecatos alquilados a precio de huevo para mantener el statu-quo y garantizar la “gobernabilidad”, el “liderazgo” y la paz social que le conviene al gran capital.
La repugnancia que provocan los barbouzes, los encargados del trabajo sucio, los justificadores de lo injustificable, los colectores de la propina, solo es igualada por la decepción que provocan los levantiscos amaestrados, los desobedientes con horario, los revoltosos a medida, los desobedientes mientras no les llamen de La Moneda, los rebeldes hasta que no se ponga en juego su senaturía, los indisciplinados puertas adentro.
Pobres jóvenes socialistas, hubo -no hace mucho-, viejos nobles que les iban a sacar de cana, hoy un tres cuartos de agente de la Securitate les envía la pasma amparado en el cargo que le entrega un pacto tan mierda como quienes hicieron el pacto.
Aliens te digo. Y la solución es la misma: expulsarles de la nave.
Luis CASADO
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